Casting Four.

Las ruedas se detienen suavemente en el pavimento de aquella estación de gas; Revisamos una vez más la lista de compras; agua, un poco de comida y más gasolina. Paso una mano por mi cráneo tocando lo que apenas se puede definir como cabello. – Vamos ¿Hasta cuándo seguirán con lo de su cabello? – Dice Seis resoplando y bufando en evidente muestra de desagrado hacia Sam y Yo. – No dirías eso si tú fueras la que se tuviera que haber rapado. – Menciona Sam, pero no antes de tartamudear un poco. Ella responde con un fuerte golpe con la palma extendida en la parte de la nuca, es decir una colleja. – ¿Quieres darnos nuestras identificaciones? – Sam a regañadientes obedeció sacando tres identificaciones falsas. Sam y Yo nos pusimos unas pequeñas gafas obscuras para disimular un poco, me pregunto qué diría Sarah si nos viera en este preciso instante, seguramente comenzaría a reír por mi actual apariencia... Ufff Sarah, te extraño demasiado Sarah.

Cierro la puerta de la camioneta con algo de fuerza, mis dedos se enroscan en la manija de la gasolina, la acerco hacia la parte del tanque de la camioneta para comenzar a llenarlo. Como a los cincuenta segundos se escucha un poco de música y no pasa mucho tiempo cuando una camioneta negra aparece, esta es de un modelo reciente y en la parte trasera trae unas bocinas y algunos chicos y chicas, estos se encuentran en traje de baño y al parecer bebiendo y festejando. Cuatro hombres bajan de la camioneta, o al menos eso parece; En realidad son jugadores de futbol juzgando por el trofeo y algunos uniformes. Uno rubio se acerca a la manija para comenzar a llenar el tanque de gasolina, mientras que uno pelirrojo se acerca a la parte inferior de la camioneta para que de una hielera saque varias cervezas. – Hey chico piensa rápido. – Menciona uno y prácticamente tengo que atrapar un ovoide que se acerca hacia mi rostro, si hubiera sido un chico normal me hubiera golpeado en el rostro fuertemente… Pero no lo soy. – ¡Hey! De eso estoy hablando. – He atrapado el balón y parecen felices por ello, aunque en el proceso he tirado las gafas de sol y se han roto. Cuando me agacho para recogerla me doy cuenta que reconozco algunas caras de los jugadores. Los he visto, Si claro, me parece que el equipo de Paradise tiene una foto de Mark jugando contra ellos. – Ups lo siento. – Menciona el que lanzo el balón. – ¡Mike! Trae tus gafas. – Dice el gritando hacia la camioneta. – Bonita camioneta. – Menciona el mientras se acerca provocando la risa de algunos de sus compañeros, encojo los hombros. – Me gustan los clásicos… – Pero antes de que terminara mi siguiente oración el me interrumpe. – Y lo oxidado. – Y las risas comienzan a sonar más fuerte. – Tengo la impresión de haberte visto ¿Nos conocemos de algún lado? – Dice mientras se acercan algunos chicos más. – He jugado unas pocas veces para Paradise. – Digo un poco apurado en mi respuesta, Ahggg... Henri siempre me enseño que no debo ser tan obvio… ¡Estúpido! – Ah sí, debe de ser eso. – De pronto bota el seguro y al voltear veo a Seis y Sam saliendo del local de la estación de gas a toda prisa. – ¡Es el! ¡Es el terrorista! – Menciona la dependienta con todas sus fuerzas. – ¡A él! – Menciona el mariscal y pronto se acerca la manada de futbolistas, mi primera opción es usar mi Lumen… Pero a juzgar por donde me encuentro no es la opción más viable, en su lugar empujo a todos con mi Telekinesis mientras me intento subir a la parte trasera, Sam enciende el motor y comienza la persecución; Pues los futbolistas nos siguen en la camioneta. Extiendo una de mi mano derecha, mientras que con la izquierda me tomo de la camioneta; cierro los ojos intentando concentrarme ¡Concéntrate! ¡Hazlo! Pienso en la noche en que salimos de Lorien a toda prisa, pienso en todos los nombre que tuve, pienso en el rostro de Henri antes de partir, pienso en la cara de Sam cuando ve a Seis, pienso en Bernie Kosar que se encuentra descansando, pienso en los bellos labios de Sarah presionándose contra los míos mientras me toma con suavidad de la camisa. Y es cuando logro destruir una llanta de la camioneta. Esta se derrapa un poco y afortunadamente no se estrella. Después de unos pocos kilómetros Sam se detiene bruscamente y Seis sale prácticamente con una expresión de demonio. – ¿En qué mierda estabas pensando?